El 89 % de internautas españoles usan streaming de música. La industria recibe por cada usuario de Spotify unos 20 dólares.

España, a la cabeza en Europa en el uso del teléfono móvil como dispositivo para escuchar música. La Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI) ha presentado en Londres los resultados de su último estudio Music Consumer Insight Report 2018, un trabajo de investigación que con carácter anual analiza los hábitos del consumidor de música grabada a nivel mundial, así como la evolución de las tendencias del mercado.

El estudio pone de manifiesto la importancia de la música grabada como componente esencial de nuestra vida diaria y cómo nos ha servido, de un tiempo a esta parte, para relacionarnos con las nuevas tecnologías. Las compañías discográficas han trabajado durante años para ofrecer innovación en el terreno digital y ofrecer su música en cualquier dispositivo conectado. El usuario disfruta de una experiencia de escucha ilimitada en movilidad con calidad sonora. Además, en la actualidad hay disponibles más de 45 millones de canciones en todo tipo de servicios y plataformas digitales por el mundo.

Ya sea desde un teléfono móvil hasta los nuevos altavoces inteligentes que están llegando al mercado, o incluso desde las redes sociales, el abanico de posibilidades de escucha que ofrece la música grabada es muy amplio y permite estar presente en nuestro día a día y al lado del usuario para que la pueda escuchar o hablar de ella en cualquier momento, esté donde esté y haga lo que haga. Consumo de música y principales conclusiones Según el informe, esta revolución tecnológica ha supuesto que, en 2018 el 86 % de los usuarios de Internet en el mundo escuchen música a través de las distintas plataformas de streaming (audio y vídeo) disponibles, un hábito que en España sube hasta el 89 %. En esta línea ascendente, el uso del streaming exclusivamente de audio, de servicios como Spotify o Apple Music, alcanza el 61 por ciento (el 63% en el caso español).

Sin embargo, en términos globales, el 52 % del tiempo usado para escuchar música a la carta se hace a través de servicios de videostreaming, como YouTube, donde los internautas permanecen casi la totalidad de ese tiempo. Todo este elevado consumo de música no reporta para la industria sin un adecuado retorno económico, como sí ocurre con otros servicios de audio streaming. Es el llamado Value Gap, la diferencia económica significante entre el consumo generado con la música en estos servicios de vídeo y los ingresos que son percibidos. IFPI señala una vez más este problema en el estudio, unos días después de la aprobación de la nueva directiva del copyright en el Parlamento Europeo y estima que la industria recibe anualmente por cada usuario de Spotify unos 20 dólares mientras que desde YouTube ni siquiera se llega al dólar por usuario.

En España, durante la primera mitad de 2018, todo ese consumo se tradujo en un escaso 16 % del total de los ingresos del streaming. Por otro lado, los usuarios emplean en servicios de audio streaming el 48% del tiempo restante (el 28% lo hace con una suscripción de pago y el 20% con una suscripción gratuita).

Estas cifras globales se alejan de la realidad en nuestro país, puesto que, en España, el porcentaje disminuye en el caso de las suscripciones de pago hasta el 16 % y suben en el caso de las gratuitas hasta el 29 %. No obstante, el estudio concluye que el 57 % de los usuarios entre 16 y 24 años mantienen una suscripción de pago con algún servicio de audio (dato que en España se sitúa en el 49 %). El tiempo que se dedica a escuchar música se sitúa en una media de 17,8 horas a la semana, unas 2,5 horas diarias, (algo menos en nuestro país, 16,9 y 2,4 horas respectivamente) y preferimos el teléfono móvil como dispositivo.

Los españoles destacamos en el uso del smartphone para acceder a la música que nos gusta escuchar y estamos por encima de la media global y es el porcentaje más alto de Europa (el 79 % de los consumidores en España frente al 75 de media global, el 67 % de Reino Unido o el 66 % de Francia y Alemania). Si nos centramos en usuarios jóvenes, de entre 16 y 24 años, este dato se dispara en España hasta el 95 % (un 1 por ciento más que el dato global).

Estos mismos usuarios jóvenes elegirían escuchar música a través de sus móviles si sólo pudieran elegir un dispositivo (el 58 %) y sería a través de un servicio de audio en streaming (el 50% en términos globales y bajaría al 47 % en el caso español) si solo tuvieran esa vía para acceder a contenidos musicales. La música presente en nuestras actividades cotidianas Precisamente el Music Consumer Insight Report 2018 señala a los jóvenes y adultos jóvenes (16 a 24 años) como los más activos en la escucha diaria de música al estar presente en muchas de sus actividades diarias.

No es extraño cruzarse a diario con ellos y observar que desde sus orejas se descuelgan auriculares donde con toda seguridad suenan las notas de sus canciones favoritas. Para ellos desplazarse, al trabajo o a su centro de estudios, es el momento adecuado para consumir música (el 72 % de estos jóvenes lo hacen en el mundo y el 74 % en España) aunque también les sirve para relajarse en casa (69 y 61 % respectivamente) o a la hora de retirarse al descansar (el 30 frente a solo el 28 % en España). Estas actividades favoritas para escuchar música, se complementan con otras presentes en la mayoría de los grupos encuestados, como durante los desplazamientos en el coche (lo hacen el 66% en todo el mundo frente al 71 % en España), cocinando o limpiando en casa (el 54 y el 53 % respectivamente) mientras trabajamos o estudiamos (el 40% y el 36 %) o al acudir al gimnasio (el 36 % en términos globales y el 38 % en España). Lo local triunfa.

A la hora de elegir el momento y la forma de escuchar música, las diferencias aparecen a la hora de seleccionar la música. De la diversidad de géneros musicales que se muestran como favoritos en cada país, se deduce que no existe una playlist ideal para todos. El estudio destaca que, en términos globales, el pop y el rock son los géneros musicales que la mayoría de la gente consume (el 64 y el 57 % respectivamente). Sin embargo, ese “pop” tiene ligeros matices, influenciado por la cultura de cada país.

En Japón triunfa el j-pop, en Corea el k-pop, los gustos franceses se decantan por el varieté française y en toda América Latina el pop en español es el favorito de los consumidores. En Brasil, la música popular brasileira está muy enraizada entre los consumidores (el 55% de ellos la escuchan) y en los dos países donde IFPI ha puesto un especial foco en este Music Consumer Insight Repor 2018,

China e India, el c-pop y el bollywood new son los géneros más escuchados, respectivamente. Por detrás se sitúan, en la media de todos los países y por orden de interés, el resto de géneros musicales, como la música electrónica y de baile (el 32 %), música perteneciente a bandas sonoras (el 30 %), hip-hop y rap (el 26 %), de cantautor (el 24 %) y clásica (el 24 %), entre otros. En el caso español, el pop es el género que predomina por encima de la media mundial en cuanto a gustos a la hora de la selección musical (el 76 %) y llama la atención el gusto por el reggaetón (el 26 %), el flamenco y la canción española que junto al pop melódico es consumido por el 24 % de los encuestados.

La piratería continúa siendo un problema importante a escala global ya que el 38 % de los usuarios de Internet (España se eleva hasta el 47 %) acceden a contenidos no autorizados. En ocasiones el mal uso de la tecnología se viene en contra y ahora las amenazas provienen mayoritariamente del stream ripping, la técnica de descarga ilegal de las canciones que suenan en streaming. Hasta un 40 % de los usuarios españoles lo han practicado intentando evitar pagar por una suscripción a un servicio de streaming establecido.

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