Se inicia una nueva etapa del veterano Teatro Gran Vía, que desde el mes de febrero pasó a llamarse Teatro de la Luz Philips Gran Vía. Para celebrar esta nueva andadura, la Compañía Festival Lírico, junto a la Orquesta Filarmónica Mediterránea, interpretó algunos fragmentos de Rigoletto en la entrada del teatro, permitiendo a todos los viandantes disfrutar de la ópera en plena Gran Vía
El edificio, que estrenó la novedosa iluminación de su fachada ayer, ha sido completamente renovado, gracias a la última tecnología de alumbrado de Philips Lighting, que lo ha dotado de espectaculares soluciones de iluminación eficiente en el exterior y el interior del mismo
El Teatro Gran Vía, que desde hace más de 70 años es uno de los edificios más reconocibles de la Gran Vía de Madrid, comienza una nueva etapa como Teatro de la Luz Philips Gran Vía. Para dar a conocer a los madrileños su nueva etapa, la ópera salió a la calle en plena Gran Vía. Algunos actores de la Compañía Festival Lírico, junto a la Orquesta Filarmónica Mediterránea, interpretaron, en la entrada del teatro, algunos de los más conocidos fragmentos de Rigoletto, espectáculo que se estrenaba ayer.
Además, se iluminó por primera vez la fachada del edificio, con una imagen completamente renovada gracias a las soluciones de iluminación de Philips Lighting, que además de ser energéticamente eficientes, han dotado de un carácter único al hermoso teatro clásico, convirtiéndolo en un nuevo icono de la Gran Vía madrileña.
El hoy llamado Teatro de la Luz Philips Gran vía fue inaugurado el 21 de agosto de 1944, bajo la denominación de Teatro Gran Vía, con un aforo de 1.018 butacas. Su arquitecto fue Germán Álvarez de Sotomayor. Ocupó parte del madrileño Mercado de los Mostenses y en su época se le consideró como uno de los mejores de Europa. Entre 1947 y 1950 fue un espacio teatral, lo que se considera el embrión de su actual actividad. Su coste fue de 6 millones de pesetas y sólo en su decoración se gastaron 3,3 millones de pesetas.
