El valor de las marcas, en riesgo por las nuevas tendencias regulatorias en Europa, según Andema y José Luis Bonet. La estandarización extrema del envasado, formato e ingredientes suponen una expropiación unilateral de la propiedad industrial.

Andema promueve un debate sobre la relación entre el etiquetado y la marca con expertos en derecho de propiedad intelectual, de compañías del sector alimentario, bebidas y tabaco, sobre el binomio etiquetado y marca. El etiquetado genérico del tabaco en Australia, peligroso precedente para otros sectores en Europa. El debate concluyó con la necesidad de la búsqueda de equilibrio entre los requisitos de etiquetado y los derechos legítimos de los titulares de marca, la preocupación existente en los sectores de alimentación, bebidas y tabaco ante las nuevas tendencias regulatorias internacionales, y la petición expresa a los reguladores de que legislen teniendo en cuenta todos los intereses en juego han sido los principales ejes sobre los que ha girado la sesión organizada hoy en Madrid por Andema, la Asociación Nacional para la defensa de la Marca.

El presidente de Andema y presidente de Freixenet, José Luis Bonet, defendió que para cualquier empresa la marca es uno de sus principales activos y que es deber de las Administraciones cuidar de ese patrimonio. En su opinión, la seguridad y la información del etiquetado deben guardar proporcionalidad con la presencia de la marca, y ha manifestado que el valor de la marca reside en su uso, por lo tanto, rechaza medidas que puedan restringir su utilización legítima como está ocurriendo con la Directiva Europea de Productos del Tabaco que puede constituir un peligroso precedente para empresas de otros sectores.

Luis de Grandes puso en valor el concepto del etiquetado y de la marca como garantes no solo de la confianza y seguridad que necesitan los consumidores sino también del buen funcionamiento del mercado, al tiempo que resaltó la contribución de las marcas a la economía de un país. El eurodiputado se ha referido asimismo a la directiva europea de productos del tabaco que en la actualidad se encuentra en pleno debate en Bruselas manifestando la necesidad de que las medidas que vayan a adoptarse garanticen un equilibrio justo entre los diferentes intereses en juego.
La periodista Rosa María Calaf fue la encargada de moderar una mesa redonda en la que participaron: Steve Stern, abogado australiano, experto internacional en propiedad intelectual e industrial y socio del despacho Corrs Chambers Westgarth; Javier Figaredo, director de Asuntos Corporativos de Philip Morris Spain; Luis de Javier, socio del despacho Pintó Ruiz del Valle, y Mónica Dopico, inspectora jefe de la Sección de Delitos contra la Propiedad Industrial e Intelectual del Cuerpo Nacional de Policía.

En el debate, Steve Stern, identificó a Australia como país pionero en “hacer desaparecer las marcas registradas de la industria del tabaco”, y mostró ejemplos de cómo las autoridades de su país están tratando de extender la legislación aplicada a las marcas de tabaco y su empaquetado genérico al sector de bebidas alcohólicas y al de la alimentación. Se mostró tajante en reconocer que los derechos privados de libertad intelectual, libertad de expresión y comercio sin restricciones se están poniendo en peligro por la desmesurada protección de la salud pública. “Se comienza debatiendo el uso de algunas advertencias en el empaquetado y se acaban coartando los derechos legítimos básicos de los titulares de una marca y de los propios consumidores”, declaró.

Stern es partidario igualmente de buscar un equilibrio entre los intereses públicos y los derechos individuales y se pregunta si para informar a los consumidores son necesarias las grandes y espeluznantes imágenes de las advertencias sanitarias y las estadísticas mortíferas en el empaquetado. En su opinión, se deben buscar otras vías de información, y aunque reconoce que la protección a la salud es fundamental, no debe serlo a cualquier precio. “En el empaquetado se debe llegar a un equilibrio justo entre los derechos de la propiedad intelectual y las advertencias sanitarias, y si se produce una expropiación, se debe pagar una compensación justa”, afirmó.

Para Javier Figaredo manifestó la gran preocupación de todo el sector del tabaco ante la nueva directiva de producto, un sector que, recordó, emplea en España a 56.000 personas. El director de Asuntos Corporativos de Philip Morris Spain entiende que exista una amplia regulación que incluya al etiquetado, dadas las características del producto, “pero siempre que sea de manera equilibrada, proporcionada y no busque la demonización del producto, ni de sus consumidores o de las empresas que trabajan en él”.

El responsable de la compañía considera que la estandarización extrema del envasado, del formato e ingredientes y la introducción de advertencias sanitarias de tamaño desproporcionado que persigue la norma europea suponen la expropiación unilateral de legítimos derechos de propiedad industrial e intelectual. “Hacer que todos los productos sean iguales y sepan igual, lejos de conseguir los objetivos sanitarios perseguidos provocarán un doble efecto: por un lado, dejarán en manos de las mafias los formatos y sabores característicos de cada marca creando una ventaja competitiva para ellas, y por otro, forzarán a la industria legal a competir con un precio bajo, como único elemento diferenciador, ha manifestado.

El abogado Luis de Javier se ha hecho eco de la elevada preocupación de la industria de bebidas alcohólicas y espirituosas ante el precedente que puede suponer para estos sectores la legislación internacional del tabaco porque “las líneas se pueden cruzar en cualquier momento”. Y preguntó a los legisladores por qué no se previene en vez de demonizar a una
industria. Finalmente, la inspectora Mónica Dopico confirmó que el contrabando de tabaco está aumentando considerablemente y que la falsificación del tabaco es ya es una realidad, no un futuro. Se mostró convencida de que de aprobarse la directiva en su actual redacción “estaremos cediendo el monopolio del tabaco al crimen organizado; les vamos a hacer millonarios”, declaró. Ha asegurado también que si unifican etiquetas y sabores, las redes de falsificación asiática lo van a tener más fácil, “tardarán menos de cinco minutos, y este tipo de uniformidad va a complicar la detección en la frontera”.

Fernando Burgaz, Director General de Industria Alimentaria del MAGRAMA se ha detenido en el etiquetado y ha manifestado que desde el Ministerio que se va a incidir en una mayor transparencia en el origen de los productos dentro del etiquetado, y ha anunciado que se está trabajando en actualizar normativas orientadas a la equidad, la transparencia y unas reglas de juego claras en esta materia».

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