La mayoría de las empresas no saben qué piensan sus empleados según Hays España.

“Incluso cuando un negocio tiene buenos resultados financieros, los datos de la encuesta deberían entenderse como una manera de identificar áreas de mejora y necesidades formativas”, según Noelia de Lucas, directora comercial de Hays España. Saber qué piensan y qué sienten los empleados es mucho más que una buena práctica empresarial “es una información muy valiosa que puede tener un efecto muy positivo en la cuenta de resultados”, según Noelia de Lucas, de Hays España, multinacional británica especializada en la selección de profesionales. «Vivimos en la era del dato, de la información -añade- pero la mayoría de las empresas no aprovechan la información de alto valor que le pueden ofrecen sus propios empleados”.

Las encuestas internas son una práctica habitual en muchos organizaciones “el problema es que su valor se ha desvirtuado y se han convertido en un mero trámite en la relación entre la empresas y los empleados”, indica de Lucas. “La mayoría no facilita información clave para la toma de decisiones de negocio y, en la práctica, son un mero ejercicio, desmotivador, de rellenar casillas. Incluso con una buena campaña detrás, los datos solo serán fidedignos y sinceros si todo el mundo confía en el proceso de la encuesta y su confidencialidad”.

“Hays -explica Noelia de Lucas- realiza una encuesta global cada año, denominada TALKback, que va acompañada de diferentes acciones para animar a que los empleados realicen una participación activa. Durante el proceso, nos comunicamos continuamente con ellos subrayando la importancia de la encuesta e indicando cómo se utilizarán los resultados: compartiéndoles con los equipos o iniciando acciones para resolver cualquier problema”.

Gracias a estas encuestas, los equipos directivos no sólo conocen el grado de satisfacción en el trabajo de los empleados, sino que pueden aprovechar el conocimiento, experiencia y opiniones de la plantilla de la misma manera que lo harían con una encuesta a clientes. Ambos tipos de encuestas generan una perspectiva de gran utilidad a la hora de tomar decisiones estratégicas de áreas como desarrollo de producto, fusiones y compras.

Además, las empresas que no aprovechan la información que pueden ofrecer los empleados están perdiendo la oportunidad de atraer y retener personas y equipos con muy buen rendimiento. Estas encuestas muestran cómo la actitud de las plantillas afecta a la retención y satisfacción de los clientes y, en definitiva, al rendimiento del negocio, pero no siempre se es capaz de obtener un valor añadido de la información. “Hay directivos que ven en los resultados una crítica personal”. Para que la información sea eficaz hay que tener un fuerte liderazgo. “Incluso cuando un negocio tiene buenos resultados financieros, los datos de la encuesta deberían entenderse como una manera de identificar áreas de mejora y necesidades formativas antes de que la situación se vuelva desfavorable”, concluye Noelia de Lucas.

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