OCU da consejos para no malvender oro con diferencias entre 50 y 210 euros por la misma cantidad. Las joyerías ofrecen mejores precios.

La organización hizo su análisis sobre varias piezas sencillas de oro: dos anillos y unos pendientes de 18 quilates y una pulserita de 9 quilates (cinco gramos en total) a establecimientos de compraventa de oro. Los estableciemientos eran de («Compro Oro»), joyerías tradicionales, establecimientos de segunda mano, o Montes de Piedad de 15 ciudades: Barcelona, Bilbao, Gijón, Granada, Las Palmas, Lérida, Madrid, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vigo y Zaragoza. La diferencia fué de entre 12 y 47 euros por gramo de oro en las joyas aportadas. Diferencias que se repiten, en mayor o menor medida, en todas las ciudades que visitamos. Pero no es ilegal, porque la compra de oro es un mercado libre en el que cada comercio puede ofrecer el importe que quiera. Lo que no es legales que no nos muestren lo que pesa la báscula y que, cuando lo hagan, el resultado no coincida con el real, porque en el 97% de los casos pesaron de menos.

Para no llevarse decepciones y que la pulsera de oro que compramos por 500 euros, solo valga 125 euros. hay que descontar el margen de ganancia del diseñador, del fabricante y de la joyería (el mayor con diferencia); y luego el del comprador que, salvo que esté interesado en volver a vender la joya como pieza de segunda mano, la pagará al peso para fundirla luego. Para conocer el valor de venta de una pieza de oro hay que fijarse en el peso y la pureza. Primero debes pesar la joya en una balanza electrónica de cocina. En lo que respecta a la pureza hay que tener en cuenta que la mayoría de las joyas vendidas en nuestro país llevan oro de 18 quilates: puedes asegurarte buscando en el interior de la joya una marca con tres números, que indica su calidad: por ejemplo, 750 indica una pureza del 75%, es decir, oro de 18 quilates.

Finalmente, solo hay que entrar en la calculadora de oro de OCU Inversores, e introducir el peso y la pureza de la joya, para saber el precio máximo a obtener, al peso, por la pieza. De media, el comprador restará luego entre un 15% y un 20% de dicho precio, que es su margen de ganancia. Las tiendas especializadas de compraventa de oro son los comercios de compra más comunes, pero no son los que ofrecen los mejores precios: de hecho, es donde se ofrecen precios medios más bajos, seguidos de las tiendas de segunda mano. Por otro lado, muchos de estos compraventa rechazan las piezas con un menor porcentaje de oro (piezas de 9 quilates).

Además, en este tipo de comercios son rácanos también con la información: en el 90% de los casos es imposible conocer el precio de venta por gramo y en un 64% no se advierte de la presencia de hojas de reclamaciones. Las joyerías, por el contrario, ofrecen precios un poco más altos y también suelen ser más transparentes en su información de compra. En muchos comercios es posible regatear. De hecho, en uno empezaron ofreciendo un precio de 65 euros por nuestro lote y, al advertir que nos íbamos, subieron a 135 euros…

Cuidado con las quemaduras. Para comprobar la pureza del oro lo habitual es rayarlo ligeramente sobre una piedra de basalto, sobre la que se añade luego un ácido que reacciona de uno u otro color según los quilates que tenga la pieza. Pero cuidado: en algunos comercios la prueba se hizo directamente sobre la joya, dejando una fea quemadura. Otra alternativa es visitar varios establecimientos antes de decidirse.

Empeñar la joya es una alternativa. Si la necesidad de dinero es puntual, quizá baste con empeñar las joyas. Obtendrás menos dinero, pero podrás recuperarlas pasado un tiempo pagando unos intereses. Aunque en muchos casos solo la aceptarán si suman un cierto peso; es decir, un cierto valor mínimo. La mejor opción son los Montes de Piedad de las Cajas de Ahorros: el plazo de devolución es amplio (un año, prorrogable), los intereses limitados (9% anual) y, si no puedes devolver el préstamo, te pagarán la diferencia cuando la vendan.

Hay que evitar empeñarlo en las tiendas de compraventa. Aunque te ofrecen más dinero, sus préstamos suelen limitarse a un plazo de un mes y los intereses pueden ser exorbitantes: a partir de un 10% mensual (que equivaldría a un 300% anual).

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