OCU denuncia las condiciones laborales de los trabajadores de las cadenas de material deportivo

El análisis pone de manifiesto la precariedad de su situación laboral y la necesidad de que las cadenas auditen a las empresas que les suministran sus productos. OCU ha analizado las condiciones en las que se trabaja en las empresas que suministran productos a las grandes cadenas de material deportivo y denuncia cómo los trabajadores de estas empresas se ven sometidos a condiciones laborales inaceptables, no solo desde el punto de vista de la remuneración que perciben, sino también en cuanto a la cantidad de horas que están obligados a trabajar y los objetivos inalcanzables que les plantean os empleadores o las condiciones en las que desempeñan su trabajo. Los resultados de este estudio se publican en OCU Compra Maestra julio/agosto.

En los últimos años, China ha perdido la exclusiva como proveedor, dando paso a otros países del entorno como Bangladesh, Vietnam, Birmania o Camboya, donde los costes salariales son ahora inferiores a los del gigante asiático. Tomando como ejemplo un país como Camboya en el que el sector textil emplea a más de 600.000 personas y supone un 80% de sus exportaciones se destaca cómo, a pesar de contar con una legislación laboral relativamente completa, existen problemas recurrentes como el excesivo número de horas extra que los empleados tienen que trabajar, en muchos casos sin remunerar, la escasez de unos salarios que no alcanzan para poder llevar una vida digna o las condiciones de explotación que obligan a los trabajadores de muchas fábricas a seguir trabajando a pesar de estar enfermos si no quieren perder su puesto de trabajo.

Además de estos problemas se señala la extrema temporalidad como uno de los problemas más acuciantes de la industria textil camboyana, con encadenamiento de contratos de solo dos o tres meses como medio de presión para que los trabajadores acepten condiciones de empleo inhumanas bajo amenaza de no ser renovados.

Para OCU es crucial auditar a todos los niveles, fijar unos plazos de producción asumibles y pagar un precio justo en toda la cadena de producción. El análisis efectuado por OCU se ha centrado en marcas como Decathlon, Intersport, JD Sports, Sprinter, Calderón, Décimas o Sportzone, y solo la mitad de ellas cuentan con un informe público sobre su compromiso social en el que se establezcan principios de conducta y se asuma la responsabilidad de obligar a sus proveedores a aplicar estos principios.

Aunque no hay ninguna marca excelente en el control de los derechos humanos en su cadena de producción, de todas las analizadas Intersport es la marca que mejor informa de su cadena de suministro y sus procesos de producción, y además está adherida a la Business Social Compliance Initiative, que ha elaborado un código de conducta en el que se requiere entre otras cosas la realización de auditorías externas. En este mismo sentido empieza a caminar Decathlon, con auditorías a proveedores de primer nivel mientras que empieza a hacerlo con los de segundo nivel. Por su parte la cadena JD Sports, también propietaria de la cadena Sprinter, es miembro de ETI, una alianza por los derechos de los trabajadores que realiza auditorías implicando a ONGs y sindicatos. En el lado contrario a estos tres ejemplos de buenas prácticas se sitúan cadenas como Decimas, SportZone o Calderón, quienes no aportan información que permita valorar sus políticas en este sentido.

OCU advierte de que no es suficiente con que las marcas se limiten a controlar las condiciones de trabajo de sus suministradores, sino que deben revisar sus exigencias y la relación con sus proveedores estableciendo compromisos a largo plazo que permitan aliviar la presión sobre los trabajadores a la vez que se implementan las directrices de la ONU en toda la cadena de suministro.

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