Bernie Ecclestone reconoce el pago de un soborno a un banquero alemán, para evitar ser chantajeado, y pone en jaque un negocio de 500 millones de espectadores.

El deporte con más glamour de Europa, de alta tecnología podría verse afectado si los fiscales de Munich estiman la denuncia de soborno contra el capo de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone en relación con 44 millones de dólares que pagó a un banquero en 2006-07. A sus 82 años de edad, el jefe Supremo de la Fórmula Uno como «Supremo», puede verse obligado a dejar este deporte que ha liderado durante décadas como propietario, gestor e imagen pública. Los problemas legales de Ecclestone amenazan con afectar la intrincada red de miles de millones de euros de patrocinadores, equipos y fans, según el Wall Street Journal. Ecclestone, dijo la semana pasada que se toma las acusaciones «muy en serio» aunque es «absolutamente» no culpable. Reconoció haber efectuado el pago, aunque sólo lo hizo porque estaba siendo chantajeado. El receptor de los fondos, sería el banquero alemán Gerhard Gribkowsky, quien afirmó ante el tribunal, que el dinero era un soborno.

Un ex alto ejecutivo del BayernLB, señaló que Gribkowsky afirmó que recibió el dinero como pago por la organización de la venta de la participación de su banco en la Fórmula Uno a un comprador elegido por Ecclestone. Gribkowsky está cumpliendo una pena de prisión de ocho años en relación con los hechos, después de admitir el soborno, la malversación y la evasión fiscal. Se trata de uno de los deportes, sino el que más, de los más lucrativos del mundo, con seguidores devotos a nivel internacional de más de 500 millones de telespectadores por temporada, según la compañía.

La Fórmula Uno, que comercializa los derechos de televisión, gestiona las carreras y los contratos, negocia con lugares y equipos, y tuvo ingresos de 1000 millones de euros, y ganó cerca de 300 millones el año pasado, según el ranking anual de la industria Formula Money. La investigación de Munich llega en un momento delicado para los acuerdos con patrocinadores de Ecclestone ya que habría planeado una oferta publica a principios de año de unos 2.000 millones de euros en acciones en Singapur, pero retrasó la oferta, debido a la posible causa según personas cercanas a la operación.

Fórmula Uno está renegociando contratos con los equipos de carreras que habían abandonado la fórmula 1, como BMW AG, BMW.XE, Ford Motor Co., Toyota Motor Corp. y Honda Motor debido a los altos costos, pero existe preocupación opr saber si los más grandes les seguirán. El caso es que Los fabricantes multinacionales de automóviles y otros patrocinadores de la Fórmula Uno, en cumplimiento legal, no quieren ser asociados con entidades corruptas. Una acusación al Sr. Ecclestone proyectaría una sombra de duda sobre el circuito y cómo se han llevado a cabo los negocios.

Preguntada Mercedes sobre si la investigación a Ecclestone podría hacerle reconsiderar su participación la Fórmula Uno, el CEO de Daimler, Dieter Zetsche, dijo que la empresa exige a sus socios cumplir con las políticas de la automotriz y requiere «pasos a seguir si ese no es el caso», dijo, «incluida la Fórmula Uno». Un portavoz de Ferrari SpA no quiso hacer comentarios, pero dijo que el contrato del equipo no es con Ecclestone directamente.

Los abogados de Bernie Ecclestone intensifican sus esfuerzos en las últimas semanas para convencer a los fiscales de no hacer la acusación. El magnate de las carreras dijo que ha ofrecido visitar a los fiscales para defender su caso en persona, aunque los fiscales han dicho que creen que el Ecclestone sobornó a Gribkowsky. Ecclestone, podría contar con patrimonio neto de 2.100 millones de euros según señalaba la revista Forbes en marzo con una participación minoritaria en la Fórmula Uno, aunque es la cara visible del deporte que él gobierna a través de una red de relaciones y alianzas que comenzó a construir en 1970. La relación con el señor Gribkowsky se remonta a 2002, cuando el magnate de medios alemán Leo Kirch, que poseía una participación del 75% en la Fórmula Uno, se declaró en bancarrota. Varios bancos acabaron con sus grandes participaciones en la empresa de Ecclestone. Uno de esos bancos era propiedad del Estado de Baviera BayernLB. para el que Gribkowsky logró la participación del Banco casi al 50% en la compañía de carreras y rápidamente comenzó el bloqueo de acuerdos con Ecclestone sobre cómo ejecutar la franquicia al desconfiar el uno al otro.

A finales de 2005, un hombre de negocios de Londres presentó a Ecclestone a Donald Mackenzie, socio de la firma de capital privado CVC Capital Partners Ltd. Mackenzie dijo que le gustaría comprar las participaciones de los bancos. Aunque Ecclestone dudó, reconsideró su decisión ante una recomendación de otra empresa de propiedad de CVC y la oferta de permitirle permanecer como CEO. CVC y Mackenzie negaron tener conocimiento de los sobornos o la actividad ilegal y, de hecho, no han sido acusados de estos delitos.

Los fiscales han alegado ante el tribunal que Ecclestone se acercó a Gribkowsky y le sobornó para impulsar un acuerdo con CVC Partners, ofreciendo a Gribkowsky 50 millones de dólares a cambio de dejar de lado otros posibles opciones de fórmula uno. Ecclestone finalmente pagó 44 millones de dólares. Después Ecclestone dijo en la corte que Gribkowsky le chantajeó con amenazas de hacer acusaciones falsas a las autoridades británicas de que estaba evadiendo impuestos. Los fiscales alemanes reconocieron en su acusación contra el señor Gribkowsky que trató de presionar a Ecclestone con amenazas de chantaje. de hecho no ha sido acusado de evasión de impuestos.

En las conversaciones para cerrar la venta Ecclestone negoció un acuerdo de consultoría con BayernLB para pagar 40 millones de dólares en relación con la venta a CVC. El contrato parece que fue organizado por Gribkowsky. Los fiscales investigan si el pago estaba destinado a facilitar a Ecclestone el dinero que necesitaba para pagar a Gribkowsky. Ecclestone señaló al tribiinal que el pago fue una compensación por su ayuda en la búsqueda de un comprador para cubrir la participación del banco en la Fórmula Uno. Finalmente la causa recoge que BayernLB en 2006 vendió su participación a CVC por 750 millones de euros.

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